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Un gato no es un perro
Sábado 01 de Junio de 2013 07:21

Un animal cariñoso. Habituar un gato a su nuevo hogar.

Lola Montero, Educación canina y Felina

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El gato no es un animal social por naturaleza, en muchos momentos de su vida necesita y practica la soledad, pero la domesticación nos da la oportunidad de socializarlo y considerarlo un miembro más de la familia donde encontrará seguridad y el cariño mutuo será para toda la vida pero el gato no es un perro.

Su adquisión debe ser, como mínimo, a partir de la séptima semana desde su nacimiento, cuando ya ha aprendido de su madre y hermanos muchas de las conductas que practicará a lo largo de su vida. Pero siempre no es posible, cuando se trata de “gatos abandonados” en la calle, refugios, protectoras….

La llegada a casa debe ser tranquila, aconsejable en un trasportín o similar para su seguridad. Un gato con miedo puede escaparse y será difícil cogerlo. Sin sacarlo del medio de transporte utilizado, llevarlo al lugar donde tendrá su comida, pienso, ad libitum, es decir, a disposición (comen varias veces al día y pequeñas cantidades) y agua limpia. Se aconseja preparar una lata de comida húmeda apetitosa. La comida apetitosa y olorosa es un estímulo positivo para nuestro gato que empieza a adaptarse a un nuevo entorno. Proceder a abrir el trasportín para que el gato salga poco a poco. Quizás tarde un poquito, es conveniente alejarse e ignorarlo.

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El gato debe inspeccionar la casa por sí mismo, ayudándole a reconocer en primer lugar, los utensilios para su higiene, marcaje, juego y descanso. Previamente se habrán adquirido, para evitar conductas indeseadas, rascadores (colocados a la entrada de las estancias más habituales) bandeja higiénica en un lugar aislado y algunos juguetes adecuados para su distracción y el juego con la familia (bolas de papel de aluminio, rodillos de cartón, cordeles, ratoncillos, pelotas)

Es necesaria hierba apropiada en una maceta para que pueda comer, evitando así las bolas de pelo en el intestino. En su defecto, suministrar malta de vez en cuando. Algunos “amasan” un cojín (como cuando eran cachorritos y sacaban la leche de la mama de su madre) antes de descansar. No se le regaña si lo hacen, hay que permitirlo.


Con respecto a las caricias, se debe favorecer el acercamiento y acariciarlo pero no excesivamente. No está acostumbrado al contacto y hay que proceder de una manera gradual. Si se aproxima y roza significa,” aceptación”, hagan lo mismo. No lo rechacen.


Es aconsejable acariciar de vez en cuando su frente y lomo porque cuando pase algún tiempo buscará” frotarse” transmitiendo tranquilidad. Incluso” acicalará” la mano. El gato tiene derecho a un nombre y lo reconocerá en muy pocos días. Progresivamente, buscará el sillón, cama… lugar donde se reúne la familia. Si su gato confía en usted, terminará boca arriba para que le rasque la barriga (en el mundo felino es una postura de defensa) señal de Total Confianza


.Los gatos necesitan TIEMPO para confiar, es fundamental tener PACIENCIA


Un gato alimentado y querido NO ABANDONARÁ su hogar…su territorio. Si vagabundea y no vuelve a casa algo le ha ocurrido.